El reciente brote de virus Nipah en la India ha generado una preocupación mundial debido a su alta tasa de mortalidad y su similitud en términos de transmisión zoonótica con el COVID-19.
Aunque comparten la transmisión de animales a humanos como característica, el virus Nipah es una entidad completamente diferente, con sus propios riesgos y desafíos.
El virus Nipah, conocido por su alta tasa de mortalidad, fue identificado por primera vez en 1998 y se originó en ciertas especies de murciélagos.
Afecta tanto a humanos como a animales, y sus síntomas pueden variar desde una fiebre común hasta condiciones respiratorias graves y encefalitis, que pueden ser mortales en algunos casos.
¿Cuál es la relación del virus Nipah con los murciélagos?
Uno de los aspectos clave de la transmisión del virus Nipah es su relación directa con los murciélagos. Estos mamíferos son huéspedes naturales del virus, y aunque pueden portarlo sin mostrar síntomas, son capaces de transmitirlo a otros animales.
En última instancia, también lo transmiten a los humanos. Además del contacto directo con murciélagos infectados, el virus se puede propagar a través del consumo de alimentos contaminados o el contacto con animales enfermos.
En un principio, se creía que los cerdos domésticos desempeñaban un papel crucial como huéspedes intermedios en la transmisión del virus Nipah a los humanos.
Estos animales se infectaron al entrar en contacto con murciélagos infectados o su excreta y, posteriormente, transmitieron el virus a las personas.
Sin embargo, se han registrado casos de transmisión de persona a persona, lo que aumenta el riesgo de brotes epidémicos. A diferencia del COVID-19, para el cual se han desarrollado múltiples vacunas, no existe una vacuna preventiva para el virus Nipah.
El tratamiento se centra en abordar los síntomas de la infección, y la tasa de mortalidad puede ser tan alta como un 70%. Esto subraya la importancia de la prevención y el control.
Las medidas de prevención incluyen evitar el contacto directo con murciélagos y animales enfermos en áreas endémicas, así como abstenerse de consumir alimentos o líquidos que puedan haber estado expuestos al virus.