La batalla diaria para que los niños coman verduras puede ser desafiante, especialmente cuando se trata de variedades menos populares, como el brócoli.
Este vegetal, conocido por su sabor amargo, a menudo es rechazado por los más pequeños, lo que puede frustrar a padres y cuidadores preocupados por la nutrición de sus hijos.
Sin embargo, existe un ingrediente secreto que puede cambiar por completo la percepción de los niños sobre el brócoli y hacer que lo disfruten sin problemas.
El brócoli, a pesar de su mala reputación entre los niños, es una verdadera joya nutricional. Está cargado de vitaminas, minerales y antioxidantes esenciales para el crecimiento y desarrollo de los más jóvenes.
Además, la mostaza es una excelente fuente de vitamina C, vitamina K, folato, fibra y antioxidantes como el sulforafano, que se ha relacionado con la prevención de enfermedades.
La mostaza es el ingrediente secreto que puede hacer que el brócoli pase de ser rechazado a ser una deliciosa opción en la mesa. La mostaza aporta un sabor picante y umami al brócoli, que puede ser muy atractivo para los niños.
Cómo preparar tu propia mostaza casera para ponerle al brócoli
Ingredientes
- 1/2 taza de granos de mostaza amarilla
- 1/2 taza de vinagre blanco
- 1/2 taza de agua
- 2 cucharadas de azúcar
- 1 cucharadita de sal
Elaboración
- Tritura ligeramente los granos de mostaza amarilla si los utilizas enteros.
- En una cacerola, combina el vinagre, el agua, el azúcar y la sal. Lleva la mezcla a ebullición a fuego medio.
- Cuando la mezcla hierva, agrega los granos de mostaza (o mostaza en polvo) y cocina a fuego lento durante unos 10 minutos para ablandar los granos.
- Retira la cacerola del fuego y permite que la mezcla se enfríe.
- Luego, usa una licuadora de mano o un procesador de alimentos para triturar la mezcla hasta obtener la consistencia deseada.
- Personaliza tu mostaza casera agregando ingredientes opcionales como miel, ajo, pimienta u hierbas secas.
El truco final es almacenar la mostaza en un frasco limpio y hermético en la nevera. La mostaza casera suele mejorar su sabor después de unos días de reposo.