Quienes tienen un carro sabrán de la necesidad de cuidarlo en todos los aspectos para extender su vida útil e ingresarlo al mecánico la menor cantidad de veces en el año. Sin embargo, no todos tienen en cuenta que distintos comportamientos pueden causar daños en el motor. Para ser más precisos, existe un mal hábito que destrozará el funcionamiento de tu medio de transporte, causando que hagas visitas frecuentes al taller mecánico y gastes mucho dinero.
¿Cuál es el hábito que dañará el motor del carro?
El aumento de la gasolina obliga a los conductores a poner en práctica distintos trucos para reducir el consumo y ahorrar dinero. Un hábito para conseguir esto es conducir con el motor a bajo régimen de revoluciones y en marchas largas.
Esta forma de conducir supone un pequeño ahorro de combustible, pero sin embargo también puede provocar graves daños en el motor si se abusa de llevar el carro a bajas revoluciones.
En este marco, conducir a bajas revoluciones fuerza menos el motor y hace que consuma menos, pero puede tener efectos negativos. Por ejemplo, si conduces a bajas revoluciones puedes necesitar más potencia para realizar un adelantamiento. Aquí, la respuesta del motor de tu vehículo será mucho más lenta y, en el proceso, el consumo de gasolina será mucho más elevado.
En consecuencia, esto disparará el consumo del motor y estarás perdiendo lo mismo o incluso más de lo que hayas podido ahorrar conduciendo a bajas revoluciones.
Por otro lado, conducir a bajas revoluciones puede provocar daños en el motor ya que este tipo de conducción hace vibrar mucho más de lo habitual los motores, causando roturas de piezas o un desgaste acelerado.
Como si fuera poco, también se afectarán los sistemas de anticontaminación o filtros antipartículas, dependiendo del tipo de carro, ya que no estarán funcionando a una temperatura óptima y no se podrán quemar residuos, bloqueándose así todo el sistema.
Finalmente, el aceite del motor también se verá afectado ya que, a bajas revoluciones, tarda mucho en alcanzar la temperatura de funcionamiento ideal, situada en los 90 grados en promedio. Y si el aceite no trabaja a esa temperatura, no lubrica correctamente los componentes del motor del carro pudiendo dar lugar a daños caros de reparar, e incluso podría obligar a cambiar el motor entero.