¿A quién no le ha sucedido, después de un día de estrés, relajarse al escuchar el sonido de la lluvia o las olas del mar? Sin dudas que se trata de una experiencia gratificante y con una explicación científica. Es que, de acuerdo a investigadores, este tipo de sonidos pertenecen al ‘ruido marrón’.
¿Qué es el ruido marrón?
Los sonidos no solo se clasifican como graves, agudos o medios, ya que también hay una clasificación que depende del color, debido a que cada uno hace referencia a la longitud de onda y, a partir de ellos, permite distinguir cuándo se habla de un sonido con una determinada densidad espectral de potencia.
En este caso, el ruido marrón se caracteriza por sonidos con frecuencias sonoras más bajas, como la lluvia o las olas del mar. Al eliminarse (o reducirse al máximo) los sonidos más agudos, los correspondientes a las frecuencias sonoras más altas, se obtiene un sonido que permite resultados profundos y calmados, que nos llevarán a la relajación.
Aunque, aquí es importante saber que, originalmente, el ruido marrón no está específicamente relacionado con el color, sino con el apellido de Robert Brown, un botánico que descubrió al analizar microscópicas partículas de polen la llamada ondulación de Brown, caracterizada por su baja frecuencia. Al ser su apellido, la misma palabra que en inglés se usa para el color marrón, de ahí que se hable del ruido marrón.
Además del ruido marrón, existen otros tipos de ruidos, como por ejemplo el blanco (mezcla sonidos de todas las frecuencias audibles y es algo más chispeante), el rosa (versión reducida del sonido blanco, que suena como una lluvia suave o el clásico sonido del rociador) o el verde (provienen de la naturaleza).
En esta línea, expertos aseguran que el ruido marrón ayuda a calmar el cerebro y mejorar la concentración debido a que genera un enmascaramiento sonoro y ahoga otros sonidos del ambiente que nos distraen.