Desde el momento en que los geranios florecen, tras un simple proceso de enraizamiento, nace la importancia de mimarlos con los mejores cuidados que sean posibles.
El geranio, perteneciente al género Pelargonium, tiene una abundante floración y resiste las altas temperaturas, por lo que te enseñaremos a crear un abono apropiado para estos meses calurosos.
¿Cómo preparar abono casero para geranios?
Para mantener tus geranios sanos y ayudarles a crecer más rápidamente, debes proporcionarles un suelo rico en nutrientes. Una excelente manera de lograrlo es mediante un abono casero hecho con restos orgánicos siguiendo estos pasos:
- Cada vez que consumas frutos secos, frutas o verduras, corta sus cáscaras, pieles y tallos en trozos pequeños para facilitar su descomposición.
- Coloca estos restos orgánicos en un recipiente de compost. Añade una capa de material seco, como hojas secas, virutas de madera o fibra de coco, cada vez que agregues nuevos restos.
- Cada semana, abre el contenedor y mueve su contenido para airearlo y favorecer la descomposición. Mantén el compost húmedo, pero no empapado.
- Después de 2 a 3 meses, el compost estará listo para usarse. Esparce tu abono casero orgánico alrededor de la base de tus geranios para proporcionarles los nutrientes necesarios.
¿Por qué el abono orgánico es bueno para tus geranios?
Los restos orgánicos aportan una amplia gama de nutrientes que fortalecen los geranios, mejorando la estructura del suelo y promoviendo una floración abundante.
Las cáscaras de frutos secos presentes en el abono, como nueces y almendras, son ricas en fósforo, un nutriente crucial para el desarrollo de las raíces y la floración. Las pieles de frutas, como plátano y manzana, contienen potasio, esencial para la fotosíntesis.
Estos "ingredientes" también aportan pequeñas cantidades de nitrógeno y fósforo. Los restos de verduras de este abono casero, como los tallos de espinacas y lechugas, son ricos en nitrógeno, indispensable para el crecimiento vegetativo.