El cuidado del jardín puede ser un desafío, especialmente cuando se trata de entender las necesidades específicas, hasta que conoces secretos como para regar tus plantas y ayudar a la fotosíntesis.
Aún así, siempre puede surgir la duda de cómo identificar aquellas especies que pueden crecer sanamente sin necesidad de un riego constante. Para esto, la clave consiste en observar detalles puntuales de cada planta.
¿Cómo saber si una planta no necesita mucha agua?
Las plantas de exterior que necesitan poca agua tienen ciertas características que las hacen ideales para jardines donde el riego es limitado. Entre las principales características de esta cualidad, se incluye que tengan hojas pequeñas o raíces profundas.
Pero además, existen otras señales que pueden estar presentes en tu jardín:
- Las plantas con hojas gruesas suelen tener la capacidad de almacenar agua, lo que les permite sobrevivir en condiciones de poca disponibilidad de agua.
- Las hojas de color gris o plateado reflejan más luz solar y, por lo tanto, se calientan menos, reduciendo la evaporación de agua.
- La pelusa o tricomas en las hojas ayudan a reducir la evaporación y protegen a la planta de la desecación.
¿Por qué las hojas pequeñas indican que una planta necesita poca agua?
Las plantas con hojas pequeñas son eficientes en el uso del agua porque tienen una superficie menor, lo que reduce la evaporación. Menos área expuesta al sol significa que la planta pierde menos agua a través de sus hojas.
Además, muchas plantas con hojas pequeñas han evolucionado para sobrevivir en ambientes secos, donde la conservación del agua es crucial.
Por ejemplo, muchas especies de plantas suculentas, que son conocidas por su capacidad de almacenar agua, tienen hojas pequeñas y carnosas. Estas hojas almacenan agua que la planta puede usar durante períodos secos, lo que minimiza la necesidad de riego.
¿Cómo ayudan las raíces profundas de una planta a ahorrar agua?
Las raíces profundas permiten a las plantas acceder a reservas de agua que se encuentran más abajo en el suelo, donde la humedad es más constante y no se evapora tan rápidamente como en las capas superficiales.
Estas raíces pueden llegar a capas subterráneas que mantienen la humedad incluso durante sequías.
Un ejemplo claro de esto son las plantas del desierto, como algunos tipos de cactus, que tienen sistemas de raíces que pueden extenderse profundamente en busca de agua.
Gracias a estas raíces, las plantas pueden mantenerse hidratadas y saludables sin necesidad de riego frecuente. Estas especies son ideales para que apliques el secreto para que tus plantas se rieguen solas.