Estamos acostumbrados a tomar el sol y aprovechar sus beneficios, pero poco se habla de "tomar luz de la luna", una práctica que se ha vuelto más popular gracias a su conexión con el bienestar emocional y espiritual, al igual que los 3 métodos del Feng Shui para cerrar etapas de la vida.
Mientras que el sol nos llena de energía y activa nuestro sistema nervioso simpático, que nos prepara para la acción y el movimiento, la luz de la luna tiene un efecto opuesto.
Su energía estimula el sistema nervioso parasimpático, el encargado de la relajación y el descanso, lo que nos permite equilibrar el cuerpo y la mente tras momentos de estrés o esfuerzo.
¿Cómo beneficia la luz de la luna a nuestro cuerpo?
El contacto con la luz de la luna no es solo una experiencia visual o estética, sino que tiene un impacto real en nuestro bienestar. La energía lunar promueve la calma, relaja los músculos, reduce la ansiedad y ayuda a la recuperación física.
Según la Yoga Evolution School, a diferencia del sol, que nos activa, la luna nos invita a relajarnos, siendo una manera natural de reconectar con nosotros mismos.
Esta energía es especialmente beneficiosa para el sistema cardiovascular, digestivo y genitourinario, ayudando a estos sistemas a funcionar de manera óptima al reducir los niveles de estrés.
¿Cómo la luna influye en nuestras emociones?
El vínculo entre la luna y nuestras emociones es algo que ha sido observado desde la antigüedad. Así como la luna influye en las mareas, también afecta a las personas, especialmente a nivel emocional.
Esto se debe a que nuestros cuerpos están compuestos en gran medida por agua, un elemento que responde a las fuerzas electromagnéticas, como las que ejerce la luna.
En la astrología, la luna representa nuestras emociones, y su fase puede influir en cómo nos sentimos y reaccionamos ante el entorno.
¿Cuáles son las fases de la luna y cómo aprovechar su energía?
La luna pasa por cuatro fases principales: luna nueva, creciente, llena y menguante, cada una con una energía particular. La luna nueva, cuando no se ve en el cielo, es un momento de introspección y renovación, según Namaste Espacio de Bienestar.
Es ideal para plantar nuevas intenciones y proyectos que crecerán a lo largo del ciclo lunar. En contraste, la luna llena, con su máxima iluminación, marca la culminación de procesos y la cosecha de lo que hemos sembrado seis meses atrás.
¿Cómo tomar la luz de la luna?
Tomar la luz de la luna es una práctica simple, pero poderosa. Implica exponerse a la luz lunar, preferiblemente durante la fase de luna llena, y permitir que esa energía calmante impregne tu cuerpo y mente.
Puedes salir a caminar bajo la luna, meditar en su luz o simplemente sentarte en silencio y disfrutar de su serenidad. Al igual que con el sol, la clave es la regularidad y el tiempo dedicado a absorber su energía.
Recuerda que en las próximas semanas la Tierra tendrá 2 lunas visibles durante 56 días.