El 23 de julio de 1986, en la imponente Abadía de Westminster, el príncipe Andrés se casaba con Sarah Ferguson, para todos Fergie. Habían pasado solo cinco años de la imponente boda del príncipe Carlos y Lady Di, y cuatro desde que Andrés, el hijo preferido de la Reina Isabel II, había vuelto de la guerra de Malvinas.
Más conocida para muchos británicos como Fergie, la duquesa de York se ha mantenido cerca de la familia real a pesar de la separación con el Príncipe Andrés. Mientras que el duque de York fue despojado recientemente de sus títulos militares y patrocinios, ella ha mantenido su estatus de royal y continúa involucrada en los deberes reales como otros miembros de la familia, incluidas sus dos hijas, la princesa Beatriz y la princesa Eugenia.
Pese a estar separada desde hace más de dos décadas, Ferguson sigue viviendo en la residencia Royal Lodge de Windsor junto a su exmarido, demostrando la buena relación que siempre ha existido entre ellos. Tanto es así que, ahora, además, se harán cargo de los dos corgis de la difunta Reina Isabel II. En The Telegraph explicó de forma reciente que era un «gran honor» hacerse cargo de lo que ella misma califica como «tesoros nacionales».
Sarah Ferguson se casó con el duque de York en 1986. Los expertos reales señalan que fue la Princesa Diana quien les juntó. A pesar de que se conocían desde niños, fue esta la instigadora de su romance en la década de los 80. Tras recibir a sus dos hijas, la carrera naval del Príncipe Andrés le alejó de su vida familiar y se mantuvo ausente de ella la mayor parte del tiempo.
En 2010, Ferguson reflexionaba sobre esta etapa de su vida en The Mirror y aseguraba: «El trato era que me casaría con mi hombre, que resultó ser un príncipe y un oficial naval... Pero lo que obtuve no fue el hombre, sino el palacio. Todos me dijeron que tenía que ir al Palacio de Buckingham y él tenía que ir al mar».
Fue entonces cuando empezaron a correr rumores de que Sarah estaba teniendo una aventura con un estadounidense llamado Steve Wyatt, aunque, en realidad, el motivo de su divorcio fue el asesor financiero John Bryan. Junto a él, precisamente, le tomaron unas escandalosas fotografías ocho meses después de su divorcio.
A pesar de lo que eso supuso para su imagen, Sarah y Andrés encajan en el término de «ex amistosos» a la perfección. Ella le apoyó cuando Virginia Giuffre lo demandó, después de afirmar que Jeffrey Epstein la utilizó y traficó sexualmente con ella para que tuviese encuentros sexuales con el Príncipe.
Durante todos estos años, Sarah Ferguson se manejó en el ambiente público y estuvo relacionada con viajes caritativos a países necesitados en su página de Instagram. Visitó recientemente a refugiados ucranianos, por ejemplo. Además, ha sido patrocinadora de múltiples organizaciones benéficas. En 2020, incluso fundó su propia organización benéfica llamada 'Sarah's Trust'.
Sarah Ferguson también es autora y ha escrito múltiples novelas y libros para niños, además de una autobiografía, titulada 'My Story', en 1996. Por si fuera poco, la duquesa también está detrás de la marca llamada 'Duchess Collection', que incluye juegos de té y galletas, un broche y máscaras faciales, cuyas ganancias están destinadas a su fundación.