Dentro del mundo del espectáculo, algunas celebridades tienen un familiar que suele parecerse a ellos ligeramente pese a la diferencia de edad estén dentro del medio o no. Existen varios casos, como las gemelas Olsen y su hermana menor Elizabeth, Chris y Liam Hemsworth, Noah y Miley Cyrus o las Hermanas Kardashian. Otra de las famosas que tiene una hermana cuyo parecido es innegable es Irina Baeva.
La actriz de origen ruso, Irina Baeva se ha destacado dentro de la televisión por sus papeles en producciones como ' Muchacha italiana viene a casarse', 'Pasión y poder', 'Vino el amor' y 'Soltero con hijas'. Fue dentro de su participación en 'Vino el amor' donde conoció a su ex pareja, Gabriel Soto e inició un controvertido romance al ser la tercera en discordia en su matrimonio con Geraldine Bazán. En recientes fechas se presume que la pareja ha concluido su romance por lo que ella solo se ha dedicado a su trabajo.
¿Quién es Nina Baeva?
A diferencia de su hermana, Nina Baeva tiene un estilo de vida más relajado y fuera del ojo público dentro de su país, Rusia. Actualmente tiene 30 años y desde que se casó el 13 de julio del 2013 con Vladimir Ka´bochkina es más conocida por este apellido. Es madre de dos niños y es más conocida por las fotos que sube a su cuenta de Instagram o bien, las fotos que Irina comparte con ella cuando eran niñas.
Pese al conflicto que Rusia tiene actualmente así como los dos años de confinamiento, Irina no ha podido visitar a su hermana por un largo tiempo aunque no se ha olvidado totalmente de ella.
En su último cumpleaños, Irina Baeva escribió en Instagram: “Aunque nacimos con 1 año de diferencia, desde siempre todo lo haci´amos juntas. Mi hermana, mi mejor amiga, mi confidente, consejera, cómplice - todo en una - eres y siempre sera´s uno de los mejores regalos de mi vida. Te amo y te extraño infinitamente”.
En su última visita a Rusia, una emotiva Irina Baeva compartió algunas instantáneas donde posó con sus padres y sus sobrinos junto con este mensaje: “Después de 3 años y 40hrs de vuelo, por fin volví a ver y abrazar a mi mamá y mi papá, a mi hermana y su familia. 10 días, sin duda, es poco, pero lo que más importa no es el tiempo sino la calidad. De los viajes más esperados, lágrimas de reencuentro y de despedida pero siempre juntos. Más que nunca. Siempre en mi corazón”, concluyó.