La supermodelo británica Cara Delevingne viene de atravesar meses muy duros, ya que el año pasado se viralizaron varios videos y fotografías donde se la veía en un estado deplorable. Tiempo después se supo que Delevingne estaba bajo un tratamiento para recuperarse de las adicciones.
Recientemente Cara Delevingne le brindó una entrevista a la revista Vogue y aseguró que había ingresado en secreto en rehabilitación debido a una crisis existencial que sufrió tras ser fotografiada luciendo un aspecto desaliñado en el aeropuerto Van Nuys de Los Ángeles.
Delevingne confesó que ver esas imágenes y ver el estado en el que estaba le pareció horrible y que sintió muy mal cuando algunos medios de comunicación dijeron que su estabilidad mental estaba en peligro. Sin embargo, la protagonista de 'Ciudades de papel' dice que esas imágenes la empujaron a buscar ayuda y a comenzar un tratamiento.
Delevingne ha confesado en varias oportunidades que tuvo una infancia muy dura y triste, y que desde que era muy joven comenzó a refugiarse en el alcohol y otras sustancias. “No estaba bien... es desgarrador porque pensaba que me lo estaba pasando genial, pero en algún momento tuve que reconocer que no tenía buen aspecto. Ya sabes, a veces necesitas hacer una revisión de la realidad, por lo que en cierto modo las fotos fueron algo por lo que estar agradecida”, aseguró Delevingne.
Además Cara aseguró que ha lidiado con problemas de depresión, los cuales surgieron porque cuando era pequeña tuvo que ver a su madre consumir heroína varias veces. La modelo tocó fondo en el 2020 cuando se quedó sola (por la pandemia causada por el Covid-19). “Entonces me quedé sola, sola de verdad. Fue un momento muy malo”, afirmó.
“Tuve una crisis existencial total. Todo mi sentido de pertenencia, toda mi validación -mi identidad, todo- estaba tan ligado al trabajo. Y cuando eso desapareció, sentí que no tenía ningún propósito. Sin trabajo no valía nada, y eso me daba miedo. Me dejé llevar por la miseria, el regodeo y la fiesta. Fue una época muy triste”, recordó Delevingne.