MÚSICA

Peso Pluma: El motivo por el que detesta su voz

A pesar de las críticas hacia su manera de cantar, el artista de los corridos tumbados ha sabido aceptar esta parte de sí mismo.

Peso Pluma reconoció que no le gusta su propia voz.
Peso Pluma reconoció que no le gusta su propia voz.
Escrito en FARÁNDULA el

Peso Pluma, el exitoso cantante mexicano, ha logrado conquistar al público a pesar de las críticas que ha recibido por su voz. Aunque es consciente de las opiniones negativas, esto no le impide seguir incursionando en el mundo de la música.

Hassan Emilio Kabande Laija, nombre real del músico, se ha destacado en el género de los corridos tumbados, un subgénero del regional que ha ganado popularidad en los últimos años.

Desde el inicio de su carrera, Peso Pluma ha colaborado con reconocidos artistas y ha lanzado éxitos que se han posicionado en los primeros lugares de las listas de popularidad.

Su música ha trascendido fronteras, y ha sido invitado a presentarse junto a grandes artistas internacionales. Sin embargo, a pesar de su éxito, su voz ha sido objeto de críticas por algunos detractores.

Qué piensa Peso Pluma de su propia voz

El cantante ha admitido que no le agrada su propia voz, pero también ha dejado claro que esto no define su valía como artista. En una entrevista en el podcast "Disfruta el viaje", Peso Pluma explicó que lo que lo hace destacar no es su habilidad vocal, sino la fusión de géneros que realiza y su estilo único en la industria musical.

Según sus palabras, no es necesario ser un cantante virtuoso para lograr que una canción se vuelva exitosa. Para él, la autenticidad y la originalidad son más importantes que tener una voz impresionante. Hizo referencia a otros artistas reconocidos que también adquirieron notoriedad debido a la singularidad de sus voces, como Valentín Elizalde y Chalino Sánchez en el género regional mexicano.

Este fenómeno no se limita a Peso Pluma o a la música en español, sino que se puede observar en diferentes idiomas y géneros musicales.

Ejemplos como el de Robert Plant, vocalista de Led Zeppelin, cuya voz distintiva hizo que la banda fuera reconocible al instante, o el hyper-falsetto intenso de Barry Gibb de los Bee Gees, que diferenció al grupo en los años 70, demuestran que la singularidad de la voz puede ser un elemento distintivo y atractivo para el público.