Enzo Ferrari fue el fundador de Ferrari, desde muy chico sabía lo que le apasionaba y luchó por ello hasta lograr el éxito rotundo que obtuvo con su prestigiosa marca de autos. Sin embargo, en lo personal, tuvo una vida muy dura y hubo un hecho que lo marcó de por vida y desde entonces fue el motivo por el que usó anteojos oscuros.
Enzo Ferrari se convirtió en una de las personas más importantes de la industria automotriz y el deporte motor. Su pasión por la velocidad fue la fuerza que lo impulsó a convertirse en una leyenda que ganó varias carreras como piloto de Alfa Romeo.
¿Cómo fue la vida de Enzo Ferrari?
Enzo se encaminó hacia las pistas desde muy chico pese a la resistencia de su padre, quien anhelaba un futuro seguro en la exitosa firma metalúrgica familiar. A los 22 años, Enzo Ferrari se convirtió en piloto de Alfa Romeo, cosechando sus primeros éxitos detrás del volante.
En Alfa Romeo, Enzo desarrolló sus habilidades técnicas, esas que lo llevarían a destacarse como un visionario constructor de automóviles. Con el apoyo de su esposa, Laura Garello, en 1929 fundó la Scuderia Ferrari y ahí comenzó todo.
Enzo Ferrari vivió un duro momento familiar que lo marcó para siempre
En 1932 Enzo Ferrari se convirtió en padre de Dino, su primer hijo que fue un refugio para el empresario. Sin embargo, el destino le tenía una sorpresa y durante la adolescencia de Dino fue diagnosticado con distrofia muscular.
Enzo Ferrari intentó por todos los medios hallar una solución y alentó a Dino a sumergirse en el mundo automotriz. Es por eso que el hijo de Ferrari estudió ingeniería y negocios en Suiza y fue prodigio, pero finalmente, en 1956 falleció a la edad de 24 años.
El dolor en su mirada, oculto por sus anteojos oscuros
La muerte de su hijo hizo estragos en la vida de Enzo Ferrari y se refugió en Lina Lardi, una secretaria que había conocido en uno de sus tantos viajes a Maranello mientras instalaba allí su fábrica. Con ella tuvo a su segundo hijo, Piero, en 1945.
Aunque, Enzo jamás logró recuperarse de la muerte de Dino. Tal es así que todos los días visitaba la tumba de Dino además, comenzó a utilizar anteojos oscuros para que nadie lo viera llorar. Es así que todos lo recuerdan, usando unos anteojos oscuros.
Estos anteojos oscuros ocultaban el dolor en la mirada de Enzo Ferrari, cuyo motivo fue que reponerse de la muerte de su hijo. Ferrari murió en 1988 a los 90 años, pero la marca que creó es tan reconocida por todo el mundo que se convirtió en una leyenda, esas que no mueren.