Las joyas son una de las particularidades que caracterizan a la realeza. Una joya es el vínculo entre Napoleón, Grace Kelly y Josefina Bonaparte. Se trata de una tiara muy costosa que ha sido subastada.
Después de Josefina Bonaparte, las joyas pasaron en teoría de su nuera, la princesa Augusta de Baviera, a la siguiente generación, encarnada en Josefina de Leuchtenberg. Y las amatistas llegaron a Suecia tras el matrimonio de esta última con el futuro rey Óscar I en 1823.
Sin embargo no fue hasta el reinado actual de Silvia y Gustavo cuando se rediseñó el conjunto para concebir entre otras cosas la famosa tiara que vemos hoy en día.
La relación de Grace con Josefina
En un cuadro podemos ver a Josefina Bonaparte con una tiara de diamantes y Napoleón llevó la corona de laurel de oro, una referencia a los emperadores romanos, y portó también una espada engastada con el espectacular diamante de más de 140 quilates.
En la década de los 40, la casa Van Cleef & Arpels adquirió una tiara de diamantes de una aristócrata inglesa que en su momento se mantuvo en el anonimato y la llegó a exhibir en boutiques y en carteles publicitarios para ganar prestigio, promocionándola como la que Napoleón le regaló a su esposa.
La prestó incluso a grandes figuras de la época, como a Rose Kennedy, madre de JFK, o a Grace Kelly para la gala por el centenario de Montecarlo en 1966, así como a exposiciones en París centradas en la figura de Napoleón.
En cuanto a la tiara moderna de diamantes ha sido claramente modificada respecto a la original: los motivos clásicos y florales sí que recuerdan al estilo y la calidad técnica de la joyería del siglo XIX que llevaba Josefina.
Las tiaras son una marca sin dudas de la realeza. Es precisamente una tiara la que une a Josefina Bonaparte con Grace Kelly.