La reina Máxima de los Países Bajos tiene un alhajero personal lleno de regalos especiales de su esposo, el rey Guillermo Alejandro. El monarca participa activamente en el diseño de cada joya que le regala a su esposa, que suelen ser piezas personalizadas con nombres o iniciales que recuerdan momentos especiales para el matrimonio y la familia que formaron.
Uno de los mayores desafíos del rey ha sido crear un anillo de regalo para su mujer por el nacimiento de cada una de las tres hijas de la pareja, una tradición que se impuso con la llegada de la primogénita.
Para el nacimiento de su primera hija, Amalia, Guillermo Alejandro diseñó un anillo de oro blanco con un rubí como pieza central custodiado por dos brillantes. Para su segunda hija, Alexia, le regaló un anillo formado por tres filas de diamantes con una piedra de zafiro padparadscha. Finalmente, para la llegada de su tercera hija, Ariane, completó la trilogía de anillos con una pieza de oro blanco con tres diamantes de "talla esmeralda rectangular" y los nombres de sus hijas grabados en ellos.
Además de los anillos personalizados, el rey Guillermo Alejandro también ha hecho crecer el alhajero de su esposa con otras piezas personalizadas, como una pulsera de eslabones de oro amarillo con cinco piedras incrustadas que le regaló con motivo de su cumpleaños número cuarenta, sobre la que hizo grabar el nombre de cada integrante de la familia. También le regaló un brazalete de oro amarillo con una chapita al frente que lleva grabada la frase "Best mom ever" y cinco brillantes en forma de trébol, uno por cada miembro de la familia, cuando Máxima cumplió 45 años.
El alhajero de la Reina Máxima
En general, el alhajero de la reina Máxima se ha convertido en una verdadera joya en sí misma, con decenas de pulseras, collares, aros y anillos que reflejan la estrecha relación que tiene con su esposo y su familia, y que guardan un valor sentimental muy significativo para ella.