La salud del Rey Carlos III tiene a todo el mundo atento, ya que este lunes se conoció que padece cáncer. Si bien hace algunos días desde el palacio real informaron que el monarca debía ser operado de la próstata, en todo momento aseguraron que se encontraba en perfecto estado, hasta ahora.
El agrandamiento de la próstata es frecuente en hombres mayores de 50 años y afecta a miles de personas en el Reino Unido. Ataca directamente a la forma de orinar y no suele ser una amenaza grave para la salud. No es cáncer y no conlleva un mayor riesgo de desarrollar cáncer de próstata.
Ahora, lo que llamó la atención de sus seguidores fue un detalle que se hizo viral hace algunos meses, los dedos hinchados de Carlos III.
Los dedos hinchados del Rey Carlos III
Durante mucho tiempo se ha hablado de sus manos hinchadas o “dedos de salchicha”. Algunos sugieren que pueden deberse a la acumulación de líquido, artritis u otras afecciones. A pesar de esto, hasta el momento no se sabe si este "síntoma" de sus dedos se deben a una enfermedad, pero el mismo Carlos se ha referido a ellos bromeando en más de una ocasión.
Por otro lado, un doctor aseguró que esto se trataba de el síndrome RS3PE o poliartritis edematosa del anciano es un cuadro reumatológico de afectación simétrica y asociada con edema, generalmente en dorso en los dedos de manos y pies.
También se han implicado factores infecciosos e incluso secreción de factores séricos por parte de ciertos tumores.
Aunque no se conoce el diagnóstico completo del monarca, anteriormente se había dicho que padecía dactilitis, una enfermedad que puede ser de origen inflamatorio pero también infecciosa (por tuberculosis o sífilis) o no inflamatorias, llamada anemia de células falciformes. Sin embargo, las dactilitis infecciosas son más típicas en niños que en adultos.
Es importante recordar que Carlos III tiene un disco degenerativo en la base de la columna vertebral, también ha hablado de sus dolores de espalda. Se sabe que viaja en las giras reales con un almohadón, y que suele colocar un cojín de terciopelo en su silla durante los banquetes de Estado en el palacio de Buckingham.
En sus memorias "Spare", el príncipe Enrique escribió sobre los ejercicios que Carlos III hacía en casa para mantener a raya sus "constantes" dolores de cuello y espalda.