La reina Isabel II siempre destacó por su belleza, tal es así que muchos aseguran que había enamorado a su amigo de toda la vida, Porchi. Con sus labios la mayoría de las veces en tonos coral y sus mejillas rosas, su piel radiante resaltaba aún con avanzada edad.
El truco de la monarca estaba en encontrar el equilibrio adecuado para resaltar su hermoso cutis ayudándose del maquillaje y de algunos ítems claves para evitar en envejecimiento.
¿Cuál era el secreto de la reina Isabel II para lucir una piel impecable?
Dueña de una dermis simple y perfecta, se destacaba por parecer más joven de lo que era. Sin lugar a dudas ella le daba real importancia al cuidado de su piel y esto se veía reflejado en cada aparición pública que protagonizaba.
Durante las décadas de su reinado pudimos ver pocos cambios en su piel, ya que el paso de la edad parecía no ser un inconveniente para ella. Si bien un poco se debió a la genética, hubo otros factores que incidieron en ese resplandor de Isabel.
Es que la reina tenía una técnica muy sencilla y era pasar largas horas al aire libre disfrutando de sus fincas, lo cual ha tenido un impacto sumamente positivo para su piel. Hoy, por el contrario, muchas personas pasan largas horas frente al ordenador y los signos de la edad comienzan a aparecer más rápido.
Sin embargo, la reina Isabel II sabía muy bien cuál era el secreto para mantenerse siempre joven. El protector solar a diario en combinación con una base adecuada y una dieta equilibrada, hacían que la monarca lograra que la barrera contra la contaminación en su piel funcionará la perfección.
Entonces, su clave para tener una tez de porcelana estaba en protegerse de los rayos UV y de otros factores que suelen incidir en la aparición de arrugas en la piel. Además del protector solar y un buen maquillaje, usaba un sombrero para estar al aire libre y evitar que los posibles daños del exterior afectaran su cutis.
¿Qué otros trucos de belleza puso en práctica la reina Isabel II?
La reina consumía productos orgánicos preparados especialmente por el chef del Palacio de Buckingham. Estas comidas tenían más verduras y alimentos naturales. De manera que su dieta contribuía a cuidar su piel.
Además, vale decir que la reina Isabel II, cuyo nombre completo era "Isabel Alejandra María Windsor", trataba de mantenerse al margen de los problemas o inconvenientes que le generaran estrés.
Refugiada en sus fincas y en contacto permanente con la naturaleza, la monarca trataba de no llegar a situaciones estresantes y de esta manera contribuyó también a tener una piel de porcelana envidiada por todos.