Conocido como Cantinflas el actor de cine mexicano tuvo una vida interesante, atareada y extravagante. El sexto de doce hermanos, pasó su infancia en un humilde barrio de la capital mexicana, una gran fuente de inspiración a la hora de crear su personaje. Conoce aquí los secretos mejores guardados de su vida, como artista y como persona.
Mario Moreno siempre fue un niño decidido e inquieto, y a sus 16 años tomó la iniciativa de enlistarse en el ejército. Aunque todavía no tenía la mayoría de edad necesaria para formar parte de las Fuerzas Armadas, decidió mentirle a los oficiales y logró ingresar. Al poco tiempo, en mayo de 1928, su padre escribió una carta pidiendo la baja de su hijo y confesando la mentira que Moreno utilizó para poder ingresar a las Fuerzas Armadas.
Se puede decir que Cantinflas era un romántico. Con tan sólo 23 años se casó con quien sería el amor de su vida Valentina Ivanova. Se conocieron trabajando en un teatro y al poco tiempo, se casaron, un 15 de diciembre de 1934. Estuvieron casados durante 32 años.
Dentro de sus hobbies, Mario disfrutaba muchísimo de cocinar. Junto con su hijo, quien hoy en día mantiene viva la tradición familiar, participaron de muchos concursos de paella. Un menú particular, pero que les salía delicioso, tanto así, que ganaron un concurso en España.
Como sabemos el lenguaje es una expresión pura de la cultura popular, es lo primero que la gente hace propio a la hora de sentirse identificado. Cantinflas, logró hacer de su apodo un verbo: “cantinflear”, al día de hoy ya es reconocido por la academia Real Española, y significa hablar con incongruencias y sin sentido.
Pudo hacer hasta una película de su vida. Seguramente cuando él inició no se hubiera imaginado tal éxito, de hecho, sus primeras pagas fueron muy bajas. Sin embargo, hoy en día, la obra de Mario Moreno está valuada en millones de dólares y su película tuvo también un presupuesto millonario.
Para aquellos supersticiosos, el número 7 ha marcado la vida de Cantinflas. De por sí, en numerología se cree que los números pueden marcar el destino de las personas. En el caso de Cantinflas, es el número 7. Este número es conocido como el número divino, y el mismo lo acompañó siempre, por ejemplo en el número del patrullero 777, en el orden del paseo de la fama de Hollywood 1722, y el más curioso, la finalización de su película data del día 7 del mes 7 a las 7 de la noche. Creer o reventar.
Admirado hasta por Charles Chaplin, también participó en la vida política. Lo hizo a través de sus representaciones críticas en las películas “El Mago” y “Si yo fuera diputado”. Cantinflas, fue una gran personalidad, falleció en abril de 1993 a sus 82 años.