El conductor y presentador mexicano Luis Manuel Pelayo fue un verdadero ícono de la televisión en los años 70 por su programa ‘Sube, Pelayo, sube’. Incluso ha sido su hija, Rosita Pelayo, quien siempre ha intentado mantener viva la obra de su padre, a pesar de también haber luchado contra sus problemas de salud.
Sin embargo, Pelayo pasó de estar en la cima de su carrera a sufrir un momento que quedó grabado para siempre en la memoria de los mexicanos: su programa fue bajado del aire de un día para otro.
¿Qué le sucedió al programa de Luis Manuel Pelayo?
Su hija Rosita Pelayo recordó en una entrevista con Gustavo Adolfo Infante que mientras Luis Manuel estaba al frente del programa de concursos 'Sube, Pelayo, sube', un día fue obligado a salir del aire abruptamente pese a gozar de altos niveles de audiencia.
Esta salida abrupta del aire se debió a que muchas personas acudían a Luis Manuel Pelayo para que les solucionara algún problema personal por el cual estaban pasando. Esto terminó condenando su salida de la televisión durante el sexenio de Luis Echeverría Álvarez.
"Una vez una niña… La mamá llega al programa y (dice): ‘por favor, señor Pelayo, mi hija tiene leucemia, ¡sálvela!’. Entonces mi papá dijo ‘¿qué hago? Yo no la puedo salvarla’. Él dijo: ‘si la compañera (María Esther) Zuno Echeverría nos está escuchando, yo creo que ella puede ayudar, ella puede sacar adelante a esta niña", recordó Rosita Pelayo.
Sin embargo, un día, Pelayo recibió la llamada de María Esther Zuno, esposa del presidente Luis Echeverría y directora del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), quien le hizo un reclamo al presentador.
¿Qué le dijo María Esther Zuno a Luis Manuel Pelayo?
"Ella le dijo (María Esther Zuno): ‘yo no puedo tolerar (que) vaya encima de lo que yo puedo o quiero hacer. ¿Por qué anda diciendo que voy a ayudar a la niña?’ Pero ya estaba dicho y tuvo que ir a poner su cara linda y se la llevó a no sé qué lugar de Estados Unidos para que ayudaran a la niña", contó la actriz Rosita Pelayo.
Como la primera dama y el Presidente de México se sintieron ofendidos por la obra de Pelayo, lo obligaron a abandonar la televisión mexicana por 12 años. Pelayo falleció en 1989 y nunca más pudo gozar del cariño del público.