El mundo del cine ha sido escenario de innumerables historias de éxito y tragedia, y Bette Davis, una de las más grandes estrellas de su época, vivió ambas con igual intensidad. Al igual que Ingrid Bergman, se convirtió en un ícono de la época de oro de Hollywood.
Con 87 películas, diez nominaciones al Oscar y dos estatuillas, su carrera fue brillante, pero su vida personal estuvo marcada por el dolor y el desamor.
¿Cómo influyó su infancia en la carrera de Bette Davis?
Ruth Elizabeth Davis, nacida en Massachusetts en 1908, tuvo una infancia difícil tras la separación de sus padres. Su madre, alcohólica y luchando por rehacer su vida, internó a Bette y a su hermana en un hospicio, una experiencia que dejó profundas cicatrices en la futura estrella.
Fue en esos años en Nueva York, viviendo con su madre, donde Bette descubrió su pasión por el cine y el teatro, lo que la llevó a perseguir su sueño de ser actriz, a pesar de las dificultades.
Con el apoyo de su madre, Bette comenzó a actuar en pequeños teatros de Broadway, y en 1931, su carrera cinematográfica despegó con "La hermana mala". Rápidamente ganó reconocimiento en Hollywood por su talento y su inconfundible presencia en pantalla. Sin embargo, mientras su carrera ascendía, su vida personal se desmoronaba.
El éxito profesional de Bette Davis contrastaba con su tormentosa vida amorosa. Su primer matrimonio con Harmon Nelson estuvo plagado de problemas, con continuas discusiones sobre el dinero y varios abortos espontáneos que la devastaron emocionalmente.
El patrón de relaciones problemáticas se repitió a lo largo de su vida, con matrimonios fallidos y parejas que no pudieron darle la estabilidad que anhelaba.
El dolor del desamor y las tragedias familiares continuaron persiguiéndola, afectando profundamente su bienestar. A pesar de sus éxitos en la pantalla, Bette nunca pudo encontrar la felicidad en el amor, un aspecto de su vida que la marcó hasta el final.
¿Cómo fue el resurgir de Bette Davis en Hollywood?
En 1950, cuando su carrera parecía decaer, Bette Davis encontró un nuevo impulso con su papel en "La malvada", que le valió otra nominación al Oscar y la consagró como una de las grandes actrices de su tiempo. Sin embargo, su matrimonio con Gary Merrill, su coestrella en la película, también terminó en desastre, marcado por el alcoholismo y la violencia.
A pesar de las adversidades, Bette continuó trabajando, y en 1962 protagonizó "¿Qué fue de Baby Jane?", un clásico del cine que la reunió con su enemiga Joan Crawford. Esta película fue uno de sus últimos grandes éxitos, pero la salud de Bette comenzó a deteriorarse con el tiempo.
En sus últimos años, Bette Davis enfrentó serios problemas de salud, incluyendo un cáncer de mama y un accidente cerebral que le dejó secuelas. A pesar de todo, mantuvo su dignidad y su pasión por la actuación hasta el final de sus días. En 1989, Bette Davis falleció en Francia, dejando un legado imborrable en la historia del cine.
Bette Davis será recordada no solo por su increíble talento y las inolvidables villanas que interpretó, sino también por la fortaleza con la que enfrentó los desafíos de su vida, tanto en el amor como en su carrera. Al igual que Jack Gleeson, que será recordado como uno de los mejores villanos de la televisión, Bette era sinónimo de excelencia a la hora de interpretar a los antagonistas.