En ocasiones, la vida nos sorprende con situaciones inesperadas que nos llevan a actuar de manera especial. Este es el caso de una joven usuaria de Twitter que vivió una conmovedora experiencia al encontrar a un murciélago bebé en el tejado de su casa.
La joven decidió acoger al pequeño murciélago, a pesar de creer que no sobreviviría la noche debido a su diminuto tamaño. Con ternura, le dio un nombre: Moco. A través de su cuenta de Twitter, compartió imágenes del adorable animalito y narró su historia.
El gesto de una joven con un bebé murciélago que se hizo viral
Preocupada por el bienestar de Moco, la usuaria se puso en contacto con el Grupo de Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat (GREFA), una organización sin ánimo de lucro especializada en el cuidado de animales salvajes. Ellos le aconsejaron que dejara al murciélago afuera, en el mismo lugar donde lo encontró, con la esperanza de que su madre lo recogiera.
Sin embargo, tras esperar durante una hora y sin que la madre apareciera, la joven decidió cuidar de Moco ella misma. Le proporcionó una botella de leche para gatos y lo mantuvo cálido y alimentado. A pesar de su felicidad por estar con el pequeño murciélago, la usuaria sabía que lo mejor era llevarlo a GREFA, donde recibiría los cuidados necesarios.
Con tristeza, la joven se despidió de Moco y lo entregó a los profesionales de GREFA. Allí, el murciélago fue colocado en una incubadora junto a otros animales de su especie. La usuaria reconoció su error al tocar al animal sin protección, ya que los murciélagos son portadores de enfermedades. Ahora, consultará a sus médicos para tomar las precauciones necesarias.
Esta historia refleja el cariño y la preocupación que muchas personas sienten por los animales. Aunque la joven cometió un error por su entusiasmo y preocupación, su intención de brindarle cuidado y buscar ayuda profesional demuestra su amor y compromiso hacia la vida animal.
El hilo de Twitter se volvió viral, con millones de visitas y numerosos usuarios compartiendo sus propias anécdotas similares, con y sin murciélagos. Estos relatos muestran cómo los encuentros con la vida silvestre pueden despertar nuestro instinto de protección y generosidad hacia los seres más vulnerables de nuestro entorno.