El precio que pagamos por los malos hábitos no sólo nos afecta a nosotros, sino que sus consecuencias alcanzan a quienes están a nuestro alrededor. De hecho, un estudio comprobó que esa situación es cierta a nivel del ADN.
Es que si hablamos de elegir un estilo de vida saludable, lo que ocurra con nuestro cuerpo termina afectando la salud de las generaciones futuras.
¿Cuál es el mal hábito que también afecta la salud de tu descendencia?
Un estudio reciente liderado por el investigador José Luis Trejo del Instituto Cajal del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha revelado que las consecuencias del sedentarismo se extienden mucho más allá, afectando a hijos y hasta nietos.
El equipo del CSIC, que forma parte del grupo "Estilo de Vida y Cognición", realizó un estudio en ratones, cuyos resultados fueron publicados en el Journal of Neuroscience.
Los investigadores descubrieron que los beneficios del ejercicio físico moderado no solo se manifestaban en los individuos que lo practicaban, sino que también se heredaban, beneficiando hasta a la segunda generación, es decir, los nietos.
Este hallazgo es particularmente significativo porque sugiere que los hábitos de vida saludables pueden tener efectos positivos duraderos a través de las generaciones.
Sin embargo, el estudio también encontró que el estilo de vida sedentario tiene el efecto opuesto. Los efectos adversos del sedentarismo no se limitan al individuo que lo practica, sino que también pueden transmitirse a sus descendientes.
¿Qué es la herencia genética?
La clave de estos descubrimientos radica en los micro ARN (miRNAs), pequeños fragmentos de ARN que juegan un papel crucial en la regulación de la expresión génica.
Los miRNAs son capaces de activar o desactivar genes sin alterar la secuencia del ADN, y se transmiten a través de las células sexuales, proporcionando un mecanismo de herencia epigenética.
Los investigadores del Instituto Cajal encontraron que los beneficios del ejercicio físico moderado en ratones eran transmitidos a sus descendientes a través de estos miRNAs.
Estos pequeños fragmentos de ARN están involucrados en procesos fisiológicos importantes, incluyendo aquellos que gobiernan la función cerebral normal. Cuando los padres practican ejercicio, los miRNAs transmiten estos efectos beneficiosos a sus hijos y nietos, mejorando su función cognitiva.
¿Qué efecto puede tener el sedentarismo a largo plazo?
El creciente sedentarismo en la sociedad moderna es un problema preocupante, y entender cómo sus efectos pueden transmitirse a través de las generaciones podría ayudar a diseñar políticas de salud más efectivas.
Como señaló José Luis Trejo, "abordar esta cuestión es crucial, ya que podría proporcionar información valiosa para diseñar políticas de salud pública más impactantes ante el preocupante incremento del sedentarismo".
El estudio también mostró que no todos los efectos beneficiosos heredados por los hijos de los ratones físicamente activos se mantenían en los nietos si sus padres eran sedentarios.
Esto sugiere que la influencia positiva del ejercicio físico puede desvanecerse cuando las siguientes generaciones adoptan el sedentarismo. En otras palabras, los beneficios de este buen hábito pueden perderse si las generaciones futuras no continúan con el ejercicio.