El chisme, una práctica tan común como antigua, ha sido objeto de numerosas investigaciones que revelan su impacto en la salud mental, como ocurre con otras prácticas, como por ejemplo con los videosjuegos.
Aunque en la cultura popular el chisme suele tener una connotación negativa, la ciencia ha demostrado que no solo es inevitable, sino también beneficioso para nuestra salud psicológica.
¿Por qué el chisme es necesario para una buena salud mental?
La Universidad de Oxford, a través del trabajo del profesor Robin Dunbar, ha destacado la importancia del chisme en la evolución humana. Según su estudio "Gossip in Evolutionary Perspective", el chisme ha sido crucial para el desarrollo de lazos sociales fuertes y duraderos.
Dunbar argumenta que el chisme es, en realidad, una herramienta de cohesión social. Nos permite intercambiar información sobre los demás, lo que, a su vez, nos ayuda a construir y mantener relaciones.
Para ilustrar este punto, imagina que estás en tu lugar de trabajo y escuchas que un compañero es especialmente hábil en resolver problemas técnicos.
Este tipo de chisme te permite formar una opinión positiva sobre esa persona y quizás buscar su ayuda en el futuro. De esta manera, el chisme no solo sirve para difundir información, sino también para fortalecer las relaciones dentro de un grupo.
¿Qué es el chisme?
El chisme, en su esencia, es la discusión sobre las acciones o características de personas que no están presentes. Puede involucrar una variedad de temas, desde la vida personal hasta los comportamientos laborales.
Aunque se asocia con la invasión de la privacidad, este acto es una forma natural y evolutiva de comunicación que ha acompañado a la humanidad desde sus inicios.
¿Cómo afecta el chisme a la salud mental?
El chisme también tiene implicaciones directas en la salud mental. Un estudio de la Universidad de California, liderado por la psicóloga Megan Robbins, encontró que dedicamos un promedio de 52 minutos diarios a hablar sobre personas que no están presentes.
Este tiempo, aunque pueda parecer una pérdida, es esencial para nuestro bienestar psicológico y la salud mental.
Robbins explica que el chisme actúa como un desahogo emocional, permitiéndonos procesar nuestras emociones y preocupaciones.
Hablar sobre las acciones o problemas de otros nos ayuda a reflexionar sobre nuestras propias experiencias y a encontrar soluciones a nuestros problemas. Este acto de compartir y comparar puede tener un efecto calmante y ayudar a reducir el estrés.
Por ejemplo, si estás pasando por una situación difícil en tu vida personal, hablar sobre los desafíos de un amigo o colega puede ofrecerte una perspectiva diferente y ayudarte a manejar mejor tu propio estrés. Este proceso de "ventilación social" es esencial para mantener una buena salud mental.
¿Qué efecto tiene el chisme sobre la autoestima?
Además de su papel en la cohesión social y el alivio del estrés, el chisme también puede tener un impacto positivo en la autoestima.
La revista Social Psychological and Personality Science Journal publicó un estudio que sugiere que el chisme, aunque puede parecer dañino, en realidad tiene el poder de mejorar la autoestima. Al compartir información sobre los éxitos o fracasos de otros, las personas pueden compararse y sentirse mejor consigo mismas.
Por ejemplo, si escuchas que un compañero de trabajo tuvo una experiencia negativa con un proyecto, podrías sentirte más competente con este chisme y seguro en tus propias habilidades, especialmente si has tenido una experiencia diferente.
Este tipo de comparación social es natural y puede ser una fuente de confianza personal, al igual que estos 4 consejos para aumentar la autoestima y aprender a amarse a uno mismo.