Cuando llegamos a los 50 años, es común que nuestro cuerpo emita ruidos y otros sonidos al realizar ciertas actividades físicas. Desde el gruñido al levantarse de una silla hasta el jadeo al agacharse para recoger algo, estos ruidos pueden parecer incómodos y vergonzosos para algunas personas.
Los sonidos del cuerpo en la tercera edad
Aunque no hay mucha investigación al respecto, los expertos coinciden en que estos ruidos son una respuesta natural a la edad y el esfuerzo físico que se requiere para realizar ciertas actividades. La Dra. Meryl Alappattu, profesora asistente de investigación de fisioterapia en la Universidad de Florida, explica que a medida que envejecemos, agacharnos para recoger objetos del suelo requiere un poco más de esfuerzo y, por lo tanto, tendemos a prepararnos y exhalar de manera audible.
Este esfuerzo puede ser una de las causas de los ruidos que hacemos al realizar estas actividades. Además, también puede haber un componente mental y voluntario involucrado en la emisión de estos sonidos. Investigaciones en el ámbito deportivo han encontrado que los atletas pueden ser más poderosos cuando emiten sonidos de gruñido o jadeo al realizar un esfuerzo físico, como un saque en el tenis.
También se ha investigado el uso de estos sonidos del cuerpo como una táctica deportiva para distraer a los oponentes o llamar la atención. Sin embargo, estos estudios no proporcionan una respuesta completa sobre la causa de los ruidos que hacemos en la vida cotidiana.
Además de la edad, el dolor y la rigidez que a menudo vienen con la edad pueden ser una causa de los ruidos de resoplido y jadeo que hacemos al realizar actividades físicas. La Dra. Tracy EK Davis, profesora asociada especializada en promoción de la salud y envejecimiento en la Universidad de Rutgers, señala que estos sonidos son una respuesta natural a la tensión y el estrés que el cuerpo experimenta.