Además del ejercicio, para mejorar el cerebro y fortalecer la memoria debemos considerar otras cosas. Tal es el caso de un mal hábito descubierto hace poco tiempo, el cual genera graves consecuencias en las funciones cognitivas.
¿Cuál es el mal hábito que genera daños en el cerebro?
Falta de sueño
Hay varios científicos que aseguran que existe una conexión entre el sueño y la demencia. Entonces podemos decir que la falta del mismo provoca cambios en el cerebro que causan esta enfermedad. Incluso los cambios en los patrones de descanso pueden ser un signo temprano de la afección en sí.
La apnea del sueño se asocian con un mayor riesgo de demencia. Esto puede deberse a que la apnea del sueño altera el descanso de las personas o a que tiende a presentarse en personas con sobrepeso o diabetes, que también están relacionadas con la demencia.
Demasiado sueño
En el otro extremo del espectro, dormir demasiado también parece estar relacionado con un mayor riesgo de demencia, aunque quizás de forma más indirecta. Si una persona permanece regularmente en cama durante más de nueve horas por noche, o toma múltiples siestas durante el día, puede ser una señal de que está durmiendo muy mal, afectando la salud cerebral.
Por otra parte, la necesidad de dormir en exceso puede estar relacionada con una discapacidad mental o física. Los problemas de salud mental, como la depresión, y los problemas de salud física, como la diabetes o los problemas cardiovasculares, se asocian con un mayor riesgo de demencia, al igual que la inactividad física, la soledad y el aislamiento.
¿Cómo "alimentar" el cerebro?
Evitar grasas saturadas
El cerebro es el órgano más graso del cuerpo, ya que está formado en gran parte por lípidos. Una dieta demasiado abundante en ácidos grasos saturados daña las membranas celulares y deriva en una alteración metabólica que se encuentra en la raíz de los problemas de memoria y que precede y acompaña a la diabetes.
Cuidar los aceites que comes
También resulta perjudicial el exceso de grasas poliinsaturadas omega-6, que abundan en las margarinas, las salsas a base de aceite de maíz o girasol y los platos preparados, cuando estos se hallan en exceso agota las neuronas. Además, causa una larga serie de problemas: depresión, pérdida de memoria, dificultades en el aprendizaje, Alzheimer, esclerosis múltiple, etc.
Moderar la ingesta de azúcar
Aunque solo supone el 2% del peso corporal, el cerebro consume entre el 20 y el 30% de la energía utilizada por el organismo. Otras células pueden convertir las grasas o las proteínas en energía, pero las neuronas no. Este órgano necesita que la tasa de glucosa en la sangre sea equilibrada, porque una deficiencia de glucosa ralentiza su funcionamiento.
Comer proteínas
Los alimentos ricos en proteínas aportan aminoácidos necesarios para la síntesis de neurotransmisores. Conviene asegurarse de que se obtiene de los alimentos el suficiente triptófano, aminoácido esencial que participa en la síntesis de serotonina, un neurotransmisor relacionado con la sensación de bienestar.
Sin embargo, no conviene abusar de las proteínas. Esto se debe a que en exceso saturan el organismo de residuos metabólicos y pueden afectar la salud.