Dormir es una actividad compleja en ancianos y difícil de desarrollar (salvo que se consuman fármacos recetados por profesionales de la salud). Es que las modificaciones que sufre su reloj biológico a medida que ingresan a la tercera edad repercutirá de al momento del descanso. Entonces, conciliar el sueño será mucho más difícil a medida que nos aproximamos a la longevidad.
Este problema no solo se presenta en el hogar de los adultos mayores, sino también en geriátricos o casas de asilo (generalmente provocado por la falta de planificación que tienen los dueños de los hogares para con ancianos). En consecuencia, se aconseja brindarles unas rutinas diarias que les permitan, durante la noche, tener un descanso idóneo. Una de las tareas especiales podría girar en torno a la actividad física matutina: entrenamiento de bajo impacto en la mañana, una siesta de 30 minutos y tareas lúdicas en la tarde. Además, una vez que llega la hora de irse a la cama, 60 minutos antes se deben desconectar todas las pantallas.
Trastornos del sueño
Además de estas explicaciones, también se pueden presentar diversos trastornos que causarán insomnio en los ancianos y, por lo tanto, no dormir adecuadamente.
Apnea del sueño
Es un problema que consiste en las pausas en la respiración asociadas a los molestos ronquidos. Este problema al momento de lograr el descanso se puede presentar por sobrepeso (algo a lo que ancianos son propensos) o genética.
Síndrome de piernas inquietas
Se presenta cotidianamente en adultos mayores que quieren conciliar el sueño. Se refiere al movimiento continuo para aliviar molestias. Esta actividad se presenta con frecuencia cuando la persona está descansando en una cama o sofá.
Insomnio
No dormir a causa del insomnio es uno de los trastornos más populares. Se presentan problemas para conciliar el sueño a causa del nerviosismo, del temor a la muerte o de haber cenado algo pesado. El descanso se verá afectado y el rendimiento, al día posterior, quedará marginado.